Es un periodo habitualmente olvidado una vez la mamá ha dado a luz, principalmente por la falta de tiempo en esa primera fase de conocerse la mamá y el bebé, pero es de vital importancia en la recuperación del tono muscular del suelo pélvico y región abdominal y de la postura en general.
Aunque se pueden hacer algunos ejercicios antes, lo recomendable es empezar a partir de los tres meses una vez finalizado el embarazo, siempre y cuando tanto las matronas como ginecología hayan dado el visto bueno.
A través de la Gimnasia Abdominal Hipopresiva, como el método más destacado, en combinación con otros ejercicios, ayudan a prevenir inconvenientes importantes como los prolapsos, debilidad en el suelo pélvico (incontinencias, dificultad sexual, etc.) y también a corregir la postura.